Ford y Microsoft celebran el quinto aniversario de Ford SYNC

Cuando Microsoft y Ford Motor Co. comenzaron a trabajar en Ford SYNC en el 2005, los smartphones se encontraban en su infancia y las aplicaciones móviles y los sitios de redes sociales eran apenas una sombra de lo que hoy son. Desde entonces, SYNC se ha convertido en una solución tecnológica para automóviles líder en la industria. Su sencilla experiencia de usuario, cuya operación emplea comandos de voz, es una de las muchas cosas que lo distinguen de la competencia.

El día de hoy en GigaOm Roadmap, Kevin Dallas, Gerente General de Windows Embedded, acompañó a Paul Mascarenas, CTO de Ford, en el escenario para celebrar el quinto aniversario de SYNC y sus principales logros: la venta del vehículo número 5 millones habilitado para SYNC. Con su expansión hacia la Unión Europea y Asia a lo largo de este año, Ford espera que esa cifra llegue a 13 millones antes del 2015.

“Ha sido un gran privilegio trabajar con Ford en el desarrollo de la plataforma SYNC, que ha mejorado la experiencia de manejo para miles de personas”, dijo Dallas. “Juntos, hemos creado una solución que combina la tecnología móvil con la experiencia automotriz para ofrecer a los conductores un nivel más alto de comodidad y conectividad”.

El comienzo de algo nuevo

Antes de su trabajo con Ford, Microsoft ya tenía casi una década de experiencia en el desarrollo de soluciones de conectividad para el espacio automotor. En 1998, la compañía se asoció con Clarion para anunciar el Auto PC, una solución única en su tipo que proporcionaba a los conductores acceso a correo electrónico, instrucciones de manejo, radiolocalización y alertas sobre tráfico, además de un sistema de entretenimiento. En el 2003, la compañía desarrolló Microsoft TBox, un dispositivo de telemática que activó los sistemas de información y entretenimiento de varios fabricantes de automóviles.

Pero la alianza entre Ford y Microsoft reunió a dos compañías que compartían la misma visión de ayudar a los conductores a conectarse con sus dispositivos electrónicos de consumo y que tenían la misma experiencia y deseo de proporcionar esa capacidad a las masas.

Walter Sullivan, gerente sénior de programas en Windows Embedded y miembro de Windows Embedded para Automóviles, comenta que desde el principio, ambas compañías se pudieron alinear gracias a su visión compartida sobre el auto conectado. Además de compartir la misma opinión en torno a la manera en que se implementaría la tecnología, Sullivan afirma que también se había generado cierto grado de entusiasmo respecto a la posibilidad de trabajar juntos en el desarrollo de una solución tecnológica para automóviles.

“Hasta ese momento, la mayoría de nuestro trabajo en sistemas de información y entretenimiento lo habíamos entregado en el extranjero. Esta era la primera oportunidad que ambos teníamos de trabajar en algo realmente único en el mercado norteamericano, algo que los empleados podían compartir con sus amigos y su familia”, explica Sullivan.

Todo se reduce al dispositivo

Tanto Ford como Microsoft estaban conscientes de la creciente importancia de los dispositivos móviles dentro de la industria de electrónicos de consumo. Querían desarrollar una solución que fuera accesible y se integrará a la perfección en la tecnología que ya utilizaban los conductores. Con esa idea en mente, se enfocaron en incorporar los dispositivos móviles en la experiencia de manejo en general —buscaban aprovechar las capacidades del dispositivo en lugar de duplicar sus funciones con accesorios que ya estaban integrados en el auto—.

Jim Buczkowski, actual miembro del grupo Henry Ford Technical y director de Investigación de Sistemas Electrónicos y Eléctricos, ofrece la mejor descripción de los esfuerzos del equipo de Ford. Según Buczkowski, la estrategia que la compañía asumió era sumamente innovadora en relación al resto de la industria automotriz.

“Nuestros competidores estaban enfocados en integrar módems y otras tecnología telemáticas en los vehículos, una estrategia que podía incrementar de manera significativa el costo del automóvil y dificultar las actualizaciones del sistema”, dice Buczkowski. “SYNC estaba diseñado para que los conductores pudieran utilizar el reconocimiento de voz y los controles en la columna de dirección para manejar cualquier dispositivo que trajeran consigo, no obstante el sistema operativo que utilizaran”.

A la vanguardia de la tecnología

Hoy, la tecnología es uno de los factores más importante en la compra de un auto nuevo. De acuerdo con el analista de Gartner, Thilo Koslowski: “El alza en dispositivos móviles y medios digitales en los últimos 10 años está teniendo un impacto cada vez mayor en las expectativas de los clientes respecto a las nuevas funciones y características de los automóviles”. Por desgracia, los fabricantes de automóviles no siempre responden con prontitud ante los cambios en tecnología de consumo, pero Buczkowski opina que la extensibilidad de la plataforma de software de Windows Embedded ha ayudado a cambiar todo eso.

Nueve meses después de presentar la primera versión de SYNC, Ford concluyó la primera de las varias aplicaciones de SYNC que desarrolló internamente: 911 Assist. Al poco tiempo siguió con otras aplicaciones, Vehicle Health Report y SYNC Services, la red basada en la nube que ofrece servicios de tráfico, indicaciones e información.

Y con AppLink, Ford extendió el acceso y control de SYNC para incluir las aplicaciones de terceros instaladas en los smartphones de los conductores, tales como Pandora, iHeart Radio y Roximity —todas controladas utilizando únicamente comandos de voz—.

“El uso de un sistema operativo como Windows Embedded nos permitió crear SYNC no como una solución estática, sino como algo más dinámico donde podíamos integrar capacidades, experiencias y servicios adicionales conforme fuera evolucionando la tecnología”, dice Buczkowski. “Este diseño nos permite mantenernos actualizados, e incluso anticiparnos, a las tendencias en electrónicos de consumo, así como comenzar a crear experiencias que cumplan las necesidades y deseos de nuestros clientes”.

El futuro de la experiencia de manejo

El número de automóviles conectados en las carreteras y caminos del mundo aumentará, y, conforme Microsoft y Ford vean hacia el futuro de la conectividad vehicular, se enfocarán en cómo esta puede conducir a una mayor producción de vehículos inteligentes.

Ford tiene un concepto para el auto conectado del mañana llamado Evos. Uno de los aspecto clave del concepto de Ford será la capacidad de SYNC de acceder en forma automática a los datos históricos y de ubicación que estén almacenados en la nube. Esos datos proporcionarán a SYNC información básica sobre los hábitos y las preferencias del conductor, así como datos variables sobre el clima, horarios, puntos locales de interés y eventos inesperados o accidentes de tráfico que pudieran afectar la seguridad o los tiempos del conductor.

Juntos, Microsoft y Ford están explorando las tecnologías que brindarán ese tipo de experiencia de vehículo inteligente. Dichas tecnologías consisten en el uso de la nube, en sensores dentro del auto y en la comunicación de vehículo a vehículo, que expanden las fuentes de datos a las cuales el vehículo tiene acceso. Otros adelantes, tales como el procesamiento de lenguaje natural y el aprendizaje de máquina, podrían ayudar a SYNC a proporcionar una interacción más natural entre el auto y el conductor, lo que daría lugar a una experiencia de manejo más personalizada, dinámica y segura.

Buczkowski comenta: “La próxima generación de las experiencias de manejo necesitan enfocarse más en las experiencias personales que se tienen con el vehículo, ya sea que se trate de definir tus preferencias o de conectarte a la información relevante para tu ubicación. Ese grado de personalización requiere acceso a mucha más información, pero también crea una experiencia ‘mágica’ en la cual mi auto me conoce y puede ayudarme en mi recorrido”.

Las tecnologías que pueden conducir a muchos de esos escenarios ya están disponibles, y gracias a la extensibilidad de Windows Embedded, es solo cuestión de tiempo para poder saber lo que se encuentra a la vuelta de la esquina antes de llegar ahí.