Hey, ¿quién me escondió el teclado?

Mucho tiempo ha pasado desde las primeras tecnologías touch-screen. Para los memoriosos, ya existían equipos a principios de los '80 (yo estaba en el Colegio, lo juro) que a través de un conjunto de haces de luz horizontales y verticales formaban una matriz.

Luego llegaron los "verdaderos" monitores touch-screen, como los que podemos ver en cajeros automáticos u otras terminales de autoconsulta. Recuerdo que trabajando para un banco a principios de los noventa revisamos la posibilidad de utilizarlos y los costos eran prohibitivos, ahora los vemos en todos lados.

Bien, agárrense bien la cabeza por favor, porque esto (técnicamente hablando) les va a volar el cerebro :-) :

Microsoft está liberando al mercado Microsoft Surface, y no te voy a explicar más nada, mira el video y luego me cuentas:

¿Cuándo lo veremos por nuestros lares? Sin fecha aún, aunque la empresa ya está trabajando con Starwood (Hoteles), Harras (Casinos & restaurantes) y T-Mobile (celulares), el press release lo puedes encontrar aquí.

¿Una nueva generacíón de autoservicio? Quién sabe a dónde evolucionará esta tecnología. Lo que sí es claro es que impresiona al verla y es muy fácil pensar en gran cantidad de utilidades.

Más información: www.microsoft.com/surface

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He recibido más de 2 millones de emails (bueno, creo que exageré un poquito) pidiendo el tip del post. Así que, fiel a los lectores, aquí van un par (espero los aprovechen):

- Este mes no hubo viajes, me quedé aquí en Buenos Aires. Así que para los porteños y los turistas que visiten, les tengo un buen dato para comer carne (y esta vez, a un precio razonable inclusive para nosotros los argentinos): El Legado en la calle Manuela Pedraza 1699. Imperdibles las "achuras" (si estás en algún país latinoamericano en donde esta palabra no se use... no importa, tú pídelas y después me cuentas).

- ¡Qué increíble que es el marketing! Idea de regalo para tu esposa o novia: Prometí llevar a Patricia a un viaje que hice a Miami, y al no poder hacerlo, me exigió "daño moral" (o sea, un regalo). Le compré una figura en cristal de Swarovski (un pequeño gato jugueteando con una pelota) y abrió los ojos como un niño con su primera bicicleta. Corolario: ya está armando su colección y la asocié al club. Lo curioso es que, ahora que sí se viene conmigo a Miami y no me volverá a exigir "daño moral", se comprará otro por su cuenta, o sea que mi billetera sufre tanto si me porto bien como mal.

Enjoy life !